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  • Writer's pictureIvan Salinas Melo

“ALMAS INQUIETAS”: TRES TRISTES TIGRES O TRES Y DOS SON CUATRO: EL POLIAMOR….


Angels / Joel Chalen 2022



Ivan salinas Melo

Sociólogo

Master en Genero y Desarrollo


Muchas veces he intentado reflexionar o escribir sobre un sentimiento o experiencia que va más allá de nosotros mismos y que muchas veces va más allá de la experiencia personal, sino de intentar despejar o vivenciar una práctica que en muchos casos se restringe a lo privado socialmente establecido o permitido.

Situación que para muchos tiene una carga socio-afectiva íntima y que en muchos casos no lo dialogamos con tanta soltura y que socialmente se restringe a experiencias ligadas a lo que ocultamos, hablamos del poliamor, que muchas veces la sentimos “pecaminosa, privativa o prejuiciosa”, y que dado la modernidad de estos tiempos cada vez se hace más publico socialmente en distintos espacios.

¿Cuántos, cuantas, tras haber hallado a las “personas de nuestras vidas” y haber construido una “hermosa convivencia” que nos ha dado estabilidad y un porcentaje importante de felicidad, no hemos sentido la angustia de perderlo todo de nuevo por el chispeante y siempre inquieto “deseo” que de repente reclama otro cuerpo, ¿otra experiencia? Yo creo que todas o todos. Si hemos sido capaces de romper antes con todo y de enfrentarnos al mundo reclamando el derecho a vivir nuestra sexualidad según el deseo ¿es lógico que nos neguemos a aceptarlo ahora? ¿Por qué? ¿Quién lo ha dicho? ¿Acaso no es el orden patriarcal el que ha impuesto un modelo único de vivir y ser parejas y familias?

¿Partimos de la convicción que el modelo de “familias o parejas” en muchos casos no nos sirve, que se nos impone un modelo heterosexual, tradicional, heteronormados, y castigador? Que la infidelidad, ha necesitado la persecución, ¡la condena social, jurídica, religiosa y cultural para imponerse! Que los celos en cambio han sido ensalzados en poesías, canciones, tragedias y dramas diversos y comprendidos por los poderes reinantes del matriarcado y patriarcado.

En esta preocupación, es hora de sacudirnos el polvo heredado y aceptar que los amores diversos, diferentes, distintos presuponen desamor, ni humillación, ni indignidades, ni pecados. Al contrario, el respeto, el cariño, la comprensión, la generosidad y la sinceridad son nuestros valores.

Amémonos, con gratuidad, respeto y generosidad y nos entenderemos. Esa es la propuesta de que somos todos y todos invitados a “Desobedecer, transgredir, quebrantar, infringir” la invitación que la sociedad nos impone y que muchas veces está llena de juicios, prejuicios y miedos.

El poliamor no es un término nuevo, es un antiguo deseo de los seres humanos, es una antigua practica de vieja data. Aunque no muchas personas conocen el significado real. Se utiliza para definir cuando un grupo de personas mantienen una relación afectiva, íntima, emocional y sexual entre ellas. Lo realizan de forma duradera y simultánea. En esa relación, como es obvio, son más de dos. La clave del poliamor es que todos los que están involucrados en esa relación tienen que saber de la existencia del resto de personas, es un modo de relación amorosa o sexual de cierta duración que se mantiene entre más de dos personas con el consentimiento de todas ellas y ellos.

A pesar de que es un término desconocido para muchos, para los o las más jóvenes no es tan extraño. Según algunos estudios los jóvenes y hoy muchos no tan jóvenes practican el poliamor. Mas aun es interesante el concepto, sobre todo porque hemos crecido en una sociedad en la que la monogamia es un término habitual y una filosofía predominante, preponderante y heteronormada, hasta conservadora se diría.

El poliamor se apoya principalmente en el sentimiento, es decir en la existencia y aceptación del sentimiento entre tres o más personas, sin otorgar importancia alguna a la identidad sexual de cada uno de los individuos relacionados; se habla que el poliamor puede darse entre hombre, mujeres o transexuales, importando más que todo el amor, cariño, afecto, sentimiento o pasión que existe entre los mismos y la aprobación o consentimiento por parte de todos los integrantes de la relación; por lo que el fenómeno sexual pasa a un segundo plano.

En el caso de aquellos que practican relaciones poliamorosas, esto no es así. Tienen claro que el amor no tiene por qué estar centrado en una única persona o en una sola forma, ese amor se reparte entre todas las personas que conforman la relación. Los o las poliamorosos defienden que cuando estás con alguien, quieres a esa persona, y quieres lo mejor para ella o para el… Eso puede incluir el ampliar su vida amorosa y sentimental. Es otra manera de entender las relaciones amorosas, por supuesto, siempre de manera empática, saludables, transparente, franca y sanas. La única diferencia es que aprendes a “compartir, cooperar, comunicar” en más de dos en la relación.

Ahora que sabemos lo que es el poliamor, tenemos que entender también lo que no es. No es cuando un hombre está casado con varias mujeres ni viceversa. Las relaciones poliamorosas tampoco son un intercambio de pareja. No estamos hablando de swingers. Tampoco es una relación abierta en la que hay una relación estable y el resto son puntuales o secundarias, o solo tienen carácter sexual. Las condiciones de las relaciones poliamorosas son las mismas que lo que se entiende como relación de más de dos. Lo que se entiende como amor es lo mismo, solo que hay más personas responsablemente implicadas.

Esta práctica tiene defensores y también detractores, sobre todo si tenemos en cuenta que formamos parte de una sociedad que nos ha educado desde la cultura de la monogamia, como hemos dicho al principio.

Si una persona se siente atraída y encaja con esta filosofía del poliamor, lo que deberá hacer es buscar otras personas que encajen con esta forma de pensar y de entender las relaciones. Nunca hay que intentar convencer a alguien que no cree en ello. Hay que tener empatía en este aspecto.

Evidentemente, y como en cualquier relación, los problemas surgen cuando no se quiere lo mismo. En este caso, que una persona no quiera una relación poliamorosa porque se sienta cómoda en la monogamia y la persona de la que está enamorada sí crea en el poliamor. Aquí, por desgracia, el sufrimiento está garantizado.

Pero esto no es el único problema que puede surgir. Los celos, las obsesiones, el miedo, las inseguridades… Estos sentimientos pueden nacer al pensar que nuestra pareja también está a un nivel íntimo, emocional y afectivo con otras personas. El poliamor puede que no sea para todo el mundo.

Cuando esto sucede se puede intentar, de manera errónea, hacer entender a quien sufre que la opción poliamorosa es la más sana y adecuada, incluso aunque esto vaya en contra de sus creencias y valores. Esto no debería suceder.

Como conclusión, creciendo en una sociedad en la que la monogamia es la filosofía mayoritaria, el poliamor puede ser complicado… Pero hay muchas maneras de entender el amor y esta es una de ellas. ¿Es posible enamorarse de varias personas a la vez? El poliamor demuestra que sí, aunque hay personas que piensan que puede ser una moda pasajera y no una forma distinta de entender el amor.

Los retos a los que se enfrentan las personas que viven en este tipo de relaciones se basan en la creación de un vínculo sano, respetuoso y en el que cada una de las partes está segura del "contrato" que se ha pactado. Para lograrlo, lo más importante será conseguir una correcta comunicación. Aunque es cierto que no se trata de modelos que se adapten a todos, al igual que sucede con la propia monogamia. Cuando se habla de "contratos" no es una metáfora.

Los mas expertos señalan que lo mejor es sentarse frente a frente para analizar qué queremos, necesitamos y esperamos de esa relación poliamorosa. Después hay que establecer los requisitos, qué vínculos se establecerán con las otras personas implicadas, si habrá vínculos principales y secundarios, y dónde están los límites. Lo más importante es la confianza, la madurez y el respeto.

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