top of page
Search
  • Writer's pictureIvan Salinas Melo

LGBTIQ+: UNA MIRADA SOBRE LA “BISEXUALIDAD Y LOS DERECHOS HUMANOS”




Cuando empecé este artículo, lo hice pensando en algunos amigo/as, especialmente uno que me ayudo a entender su realidad personal y conflictos que vivenciaba de forma secreta y oculta, situación que me cuestiono y me hizo pensar que en el conjunto de las letras de multicolores LGBTIQ+, nos hemos llenado de juicios y prejuicios dentro del mismo arco iris que nos identifican y nos caracterizan.

Dentro de este mismo arco iris, muchas veces hemos escuchado frases y opiniones, llenos de sentencias y reflexiones sin fundamentos, más bien, no dando cuenta de lo complejo que es este ARCO IRIS DE MULTICORES DE LA DIVERSIDAD SEXUAL.

Yo mismo hablo, desde aquel lugar que desconocía y no entendía en toda su plenitud esta realidad de la bisexualidad, asumiendo que es una orientación y preferencia erótico-afectiva que, al igual que la lésbica y la gay, toma distancia de la heterosexualidad obligatoria y traspasa las reglas tradicionales acerca de los géneros, las cuales dictan que las mujeres sólo deben sentir atracción por los hombres y viceversa.

Quienes se identifican como bisexuales pueden sentir placer, gusto sexual o amor por hombres y mujeres. Ciertamente, el elemento del género es importante pero muchas veces no tiene la última palabra respecto de la dirección que toma el deseo erótico. Es por ello que se puede decir que las y los bisexuales, además de ser atraídas y atraídos por mujeres y hombres, se fijan en las personas como un todo. Desafortunadamente hay muchos prejuicios e ideas negativas en torno a la bisexualidad que han dado lugar a un estigma difícil de desmantelar y que puede colocar a las y los bisexuales en condiciones en que sus derechos humanos sean vulnerados.

Algunos de estos prejuicios son: 1) que tienen un “apetito sexual” incontrolable y les gustan “todas” las mujeres y “todos” los hombres; 2) que no se pueden tener relaciones estables o duraderas con ellas y ellos por “su naturaleza promiscua”; 3) que son infieles y desleales; 4) que son inestables porque “no saben lo que quieren” al gustar de ambos géneros; 5) que no se definen porque “deberían sentir atracción” sólo por mujeres o sólo por hombres, pero no por ambos; 6) que “en realidad” son gays o lesbianas que ocultan su “verdadera orientación sexual” porque les da miedo definirse como homosexuales; 7 ) que “en realidad la bisexualidad no existe, es un mito, pues sólo son lesbianas o gays de clóset” o gente que se pone la máscara de la heterosexualidad “cuando así le conviene”; 8) que son doblemente “anormales” ya que no son heterosexuales, lo cual “ya es grave en sí mismo”, pero tampoco son homosexuales, lo cual les pone fuera de “parámetros aceptables”.

Estas ideas negativas, y discriminatorias junto con algunas otras, dan forma a lo que puede llamarse el estigma de la bisexualidad. El estigma y discriminación que pesa sobre la orientación bisexual afecta la vida de las personas que se identifican con ella de muchas formas y en diferentes ámbitos. El tener una preferencia no heterosexual les coloca en una situación de desacato de las normas sociales más tradicionales que establecen cómo deben de ser los afectos y relaciones de mujeres y hombres, donde “lo natural”, “lo bueno”, “lo correcto” es justamente la heterosexualidad. Transgredir de cualquier manera las estrictas reglas del género en las sociedades de hoy tiene costos sumamente altos para quienes lo hacen, y en ello, bisexuales, lesbianas, gays, transexuales, transgéneros, travestistas e intersexuales comparten de distintas formas la misma condena social.

Si bien es cierto que en distintas partes del mundo o culturas, el no tener una orientación heterosexual ni ser “correctamente” mujer u hombre no está prohibido ni tipificado como delito, en nombre de “la moral y las buenas costumbres”, de la religión, la ideología o del más vano uso del poder, se comenten desde “sutiles” actos de discriminación hasta las acciones más atroces de tortura y violencia, las cuales tienen su expresión más extrema en el asesinato de quienes quebrantan los preceptos de una supuesta “normalidad” sexual y de género “lo mataron por puto”, “la violaron y asesinaron por maricon”, “qué importa si la mataron, era una vestida”. No se trata de cualquier expresión de violencia, sino de uno de los ejercicios más radicales de ésta, pues se realiza con un alto grado de intolerancia, desprecio y odio.

En distintos estudios sobre la pluralidad sexual, en la gama de colores de la diversidad se han realizado algunas investigaciones que apuntan a la complejidad sistemática sobre las violaciones que se comenten contra las personas de la llamada diversidad sexual. Ejemplo de ello son la realidad de los distintos estudios e investigaciones realizados que predominan una amplia realidad que plantea que los principales derechos humanos que son vulnerados por orientación o preferencia sexual e identidad o expresión de género son: El derecho a la igualdad ante la ley. El derecho a la honra y a la dignidad. El derecho a la seguridad jurídica y a la integridad personal. El derecho a una adecuada protección judicial. El derecho al debido proceso. El derecho de petición. Los derechos de las personas privadas de la libertad. Situación que en contexto de la bisexualidad tienen una carga y juicio mayor.

El derecho a la salud, la intimidad, a la identidad, al trabajo, al reconocimiento son parte fundamental en el contexto de las violaciones a estos derechos que generalmente suelen presentarse en diferentes espacios sociales, como la familia (primer ámbito donde suele dañarse la dignidad humana de las personas); las relaciones sexo-afectivas, sean o no de pareja; la escuela en sus distintos niveles; el trabajo; las instituciones públicas y de gobierno, por mencionar sólo algunos.

La realidad sobre “la bisexualidad” nos da cuenta de una realidad dolorosa, de closet, de negación permanente e incluso de estigma y descalificación de las otras letras que componen este arco iris de la diversidad. Las personas con una preferencia bisexual se encuentran expuestas a este tipo de violaciones de sus derechos humanos en todos estos ámbitos, junto con lesbianas, gays, transexuales, travestistas, transgéneros e intersexuales, sin embargo, un rubro en el que la discriminación y la violencia se vuelven aún más complicadas es específicamente hacia la bisexualidad.

Y es que los prejuicios que se mencionaron líneas arriba y que dan forma al estigma sobre la bisexualidad se encuentran extendidos en toda la sociedad, lo cual incluye a lesbianas y gays. Desafortunadamente muchas de ellas y ellos hacen eco de dichos prejuicios y ejercen, a su vez, rechazo, marginación y diversas formas de violencia contra las y los bisexuales. Se debe decir que esta discriminación es una tendencia que apenas comienza a ser reconocida por las propias lesbianas y gays. Para las y los bisexuales ésta es una de las problemáticas más serias y delicadas que enfrentan pues, considerando que casi no existen grupos para bisexuales, los primeros lugares en donde buscan información, apoyo y compañía son los grupos organizados de gays y lesbianas, pero lo que suelen encontrar es rechazo, desprecio y duros cuestionamientos contra su orientación bisexual. Ser discriminada o discriminado por quienes también lo son, haciendo eco de prejuicios parecidos, es algo difícil de comprender y más aún de manejar para las personas bisexuales.

Algunas definiciones que me parecen importante reconocer y asumir como reales frente al tema de la “BISEXUALIDAD”:

Bi-curioso: Un interés en tener una experiencia sexual del mismo género.

Bi-romántico: Una atracción por dos o más géneros. Pueden buscar afecto y compañía, pero no necesariamente sentirse atraídos sexualmente por sus parejas.

Bisexual: Atracción por más de un sexo o género. No necesariamente al mismo tiempo, en el mismo grado o de la misma manera.

Fluido: Una atracción que no es fija e incluye personas de más de un género a lo largo del tiempo.

Multisexual: Atracción a múltiples sexos o géneros. Este es un término general bajo el cual Bi, Omni, Pan, Poly, etc. son subcategorías.

Omnisexual: Atracción por cualquier sexo, género o identidad de género, pero puede tener preferencias.

Pansexual: Atracción por cualquier sexo, género o identidad de género sin preferencia.

Poliromántico: Alguien que se siente atraído románticamente por más de una persona a la vez. Alguien que se identifica como poliromántico puede identificarse como bi/pansexual, por ejemplo, o puede ser heterosexual.

Queer: Una palabra que a veces se usa para referirse a personas con una orientación no heterosexual. Esta palabra se usó como un insulto contra la comunidad LGBT+, y aunque muchos miembros de la comunidad la han reclamado, todavía se usa como un insulto y debe evitarse a menos que una persona se identifique abiertamente como queer.

Más sobre la historia de la palabra aquí en Los Archivos Nacionales. https://blog.nationalarchives.gov.uk/queer-history-a-history-of-queer/

Para finalizar este artículo, no puedo negar esta realidad que me parece en muchos casos un entorno, una mirada y sensibilidad más profunda, cariñosa y amorosa sobre una situación personal que va más allá de lo que uno se imagina y vivencia.

26 views0 comments

Heading 1

bottom of page