En la Construcción de las masculinidades, nos encontramos con una serie de conceptos relevantes y significativos, que nos permiten entender de mejor forma de como los hombres construimos nuestras masculinidades, hablamos de los distintos hombres, y especialmente de aquellos que se identifican con una masculinidad diversa y distinta.
Algunos autores especializados en esta materia establecen que el “Análisis del discurso, o praxis relacionadas con ejes temáticos disciplinarios, nos lleva ahondar en una premisa fundamental y que “existen distintas formas de Masculinidades”.
Esta temática y disciplina es relativamente reciente que constituye el objeto de este diccionario, el análisis del discurso ha recibido las más variadas definiciones: muy amplias, donde se lo tiene por equivalente de “estudio del discurso”, o restrictivas cuando, distinguiendo diversas disciplinas que toman el discurso por objeto, se reserva esta etiqueta para una de ellas.” (Maingueneau Dominique y 2003).
Algunas áreas de las ciencias sociales, tales como la sociología, la psicología y la misma lingüística intentan ver en el análisis del discurso un lugar transitorio y dinámico que permitiría establecer un espacio crítico de análisis de las distintas interacciones sociales de los diversos sujetos y contextos sociales, intentando con ello dar pie a entender e interpretar subjetividades que en el marco de la racionalidad hegemónica del lenguaje releva subjetividades y realidades no explicitas.
Con ello, intentamos establecer que en esta investigación existe un discurso social exegético tradicional que no opera de la misma forma en determinados grupos, por tanto, hay producciones verbales, corporales y espaciales que establecen un sistema no dialogante y excluyente, que muchas veces expresa de forma clara aspectos críticos de lo que se piensa de algunos sujetos.
Desde este marco ocuparemos el análisis del discurso, y de las prácticas y espacios donde los distintos sujetos dan cuenta de diversas relaciones e interacciones (Van Dijk 1985), el análisis del discurso aparece como la disciplina que estudia el lenguaje en tanto actividad inserta en un contexto que produce unidades trans-oracionales, del tipo “utilización del lenguaje para fines sociales, expresivos y referenciales”.
(Schiffrin 1994). En estas condiciones, el análisis del discurso hace coexistir -enfoques- (Schiffrin 1994) muy diversos: análisis de la conversación, etnografía de la comunicación, sociolingüística interactiva (J. Gumperz), etcétera” (Maingueneau Dominique y 2003).
Hoy las MASCULINIDADES en muchas experiencias nos enfrentamos a distintas experiencias y matices, por lo mismo según la jerga popular nos enfrentamos a experiencias entre Dios, el bullying y el miedo. “Esto de ser Hombres”, a cada uno de nosotros nos significó una forma distinta de vivirla, para algunos sin complejidades y para otros profundamente cuestionados por ser y sentirnos distintos. Como menciona la canción una “experiencia religiosa” donde todos los hombres a distintas edades nos percibíamos distintos unos a otros, todos buscamos distintas formas de escapar, protegerse de este sentir diferente de nuestras MASCULINIDADES.
Situación que para algunos HOMBRES- MASCULINIDADES (Connell & Messerschimdt, 2005), significo una situación de cotidianidad “HETERONORMADA”, para otros de nosotros significaba un gran dolor, muchas veces relacionado al pecado y que les representaba ser estigmatizados y que en muchos casos les significo enfrentar a corta edad el tema del Bullying, para otros era casi un hecho de la “NORMALIDAD HEGEMÓNICA”.
“Yo, me sentía mal, porque había un compañerito que me gustaba mucho estar con él”, “me gustaba estar con las niñas, con ellas me sentía menos agredido y además me sentía más protegido y menos exigido”, “No sabía porque mis compañeros me gritaban tantas cosas feas y me maltrataban”, “No me gustaba el futbol”, “no entendía porque mi mama me pegaba tanto cuando niño”, “a los 6 años bese en la boca por primera vez a otro niño, eso me marco”, “Mi Padre me repetía muchas veces que Dios me iba a castigar…no sé porque”, “no me gustaba ir al colegio, porque mis compañeritos siempre me gritaban cosas porque no me gustaba el futbol”.
Estas son muchas de las frases que los diversos hombres y experiencias en esta idea de “SER HOMBRES”, manifestaron en relación con el tema de la vida personal y de cómo se dieron cuenta de que éramos distintos. Para muchos de nosotros a corta edad sintieron esta marca social que establece la diferencia entre algunos seres y otros porque no desarrollaron de la misma forma aquellos roles u actividades que socialmente están adscritas a hombres y mujeres.
Todos manifestaron distintas formas de protección y escape a esta realidad, para algunos el estudio, el ser aplicados, el correcto, el sabelotodo, en muchos casos y experiencias INVISIBILIZADOS con esta nueva forma de ser HOMBRES o de MASCULINIDADES DISIDENTES de lo establecido, fue una forma de hacerse visibles y superar a los otros, esta idea de ser “el mejor de la clase, tenía que ser el abanderado, me hacían estudiar mucho en mi casa, no me dejaban salir a jugar hasta no terminar todas mis tareas…tenía que dar las tareas y lecciones orales a mi mama para poder salir; para cuando terminaba era ya muy tarde y ya no habían niños jugando en las calles”.
Me da la impresión de que ellos hoy son capaces de ver que esto fue una forma impuesta y camuflada por parte de sus familias para ocultar esto de ser distinto a los otros niños.
Por otro lado, algunos manifiestan que buscaron en la idea y en la experiencia de Dios sentirse protegidos ante este sentimiento de ser “distintos” y que en muchos casos solo les genero un gran y fuerte sentimiento de culpa el cual se fue agravando en sus adolescencias o adultez. Muchos hombres manifestaron haber vivido sus primeras experiencias de “caricias y toqueteos masculinos y sexuales” con otras personas mayores a ellos y de su mismo sexo en dichos espacios religiosos. Todos nosotros manifiestan hoy que la religión solo ayudo a generar en ellos a una edad más adulta un fuerte sentimiento de culpa en relación con el pecado por ser distintos, situación que hasta el día de hoy les pesa.
Muchos de nosotros, nos tocó vivenciar las masculinidades hegemónicas, de forma que nos obligaron asistir por sus padres a clases de “karate” como una forma de aprender a defenderse y enfrentar las contantes golpizas y bullying a los cuales eran sometidos por sus pares en los colegios. “Creo que mi papa siempre supo que tenía un hijo marica, distinto y esta era su forma de prepararlo para lo que se le venía”.
En síntesis, muchos de nosotros nos tocaron de distintas formas y experiencias esto de ser distintos.
Hoy, en este largo proceso en el cual he aprendido una infinidad de cosas y aspectos teóricos importantes, pero quizás lo más relevante y significativo ha sido como mi vida en términos personales ha cambiado. De la misma forma, estas experiencias “DE LAS NUEVAS MASCULINIDADES”, nos llevó este mandato social de ser un “SUPERMAN” casi un ser de otro planeta, o este otro ser mágico con poderes espirituales, y sobrenaturales y mágicos de “SHAZAM”, siendo en muchas veces en nuestra experiencia personal “HOMBRES INVISIBLES” realidades; que no puedo negar, en muchos de los aspectos y contenidos acá descritos son parte importantes de mis inquietudes, preguntas, interrogantes y conflictos de mi propia historia personal en querer ser “SUPERMAN – SHAZAM o el HOMBRE INVISIBLE”.
Esto me permitió concluir cómo los diversos discursos y prácticas hegemónicas se entretejieron con la cotidianidad y lo mágico, produciendo cambios en la vida de cada uno de nosotros, especialmente la mía. En esta experiencia, me permitió asumir que no existe una sola aproximación al tema de las identidades y de las diversidades sexuales, es fundamental establecer con claridad que no existe una sola forma de “SER HOMBRES Y DE QUE EXISTEN DISTINTAS FORMAS DE MASCULIDADES.
MSc. en Género y Desarrollo
Ivan Salinas Melo
SOCIOLOGO
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