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  • Writer's pictureIvan Salinas Melo

“LO DIFÍCIL DE SER HOMBRES HOY”: LAS NUEVAS MASCULINIDADES, UNA ESPERANZA QUE ABRE CAMINOS DE CAMBIO

Updated: Aug 20, 2022

La división sexual en la cultura androcéntrica requiere de un trabajo de construcción simbólica que divide por una parte lo visible, los cuerpos; y por otra lo no visible, las subjetividades. Se trata de una separación que genera identidades distintas sobre un arbitrario cultural cargado de hábitos diferentes. Este orden físico y psicosocial se basará en un ideal hegemónico masculina dominante.


El siguiente artículo es un intento de exponer una pequeña parte de la construcción de dichas masculinidades centrándose en la violencia organizativa que reciben los hombres por el hecho de ser hombres.


Hoy en día, “ser hombres”, es una tarea compleja y difícil, que frente a una realidad variada y en condiciones de pandemia, tienen hoy en pleno siglo 21 muchos bemoles sociales, políticos, económicos, afectivos, sexuales y sicosociales en una situación compleja, confusa que nos ponen al descubierto la fragilidad social y afectiva.


Hoy ser hombres en base a una masculinidad distinta, alterna; Nos pone en una disposición distinta, de forma ir buscando lo bueno de una u otra forma de ser “Hombres que quieren cambiar”, dispuestos a experimentar nuevas formas de relacionamiento entre los sexos. Hoy se viven experiencias que en muchas sociedades hoy están en boom.


Esto del “género”, explica en ciertos ámbitos masculinos la dedicación a los estudios de naturaleza humana, por parte de algunos hombres a ser una realidad poco comprendida, que para muchos varones puede ser motivo de burla, mofa e incredulidad. Corrientemente hemos escuchados comentarios como “¿eso no lo estudian las mujeres?”, “¿pero eso para qué sirve?” o el más típico “...que listo eres! Tú estás ahí para ligar”, son demostración de un fuerte discurso que divide el mundo, apuntando constantemente lo que debe y no debe hacer un hombre. En resumen, ¿qué es ser un hombre hoy?


En sociedades como las nuestras, que pone el énfasis en masculinidades machistas, hegemónicas, evidencia que seguimos en una sociedad patriarcal, centradas en el exitismo, el autocontrol emocional: el mantenimiento de la categoría masculina en las nuevas masculinidades es demostración de un fuerte discurso que divide el mundo, apuntando constantemente lo que debe y no debe hacer un hombre.


Pero ¿qué es ser un hombre? Algunos investigadores sociales, psicólogos de distintos tiempos han reflexionado sobre esta pregunta clave y en muchos casos complicada donde se sostiene que “ser un hombre admita, que ser un hombre significa no ser como las mujeres”. Los hombres somos sujetos construidos sobre la negación a la identificación con el otro cuerpo, somos la oposición a la otredad, la parte importante de la dicotomía que no se ha de mezclar con el género opuesto.


Este discurso carga y orienta a los hombres hacia una forma de masculinidad hegemónica que nos dice lo que no es y no es ser hombre. Sin embargo, autores como - Connell, Bonino, Gilmore o Kimmel, anotan que la existencia de una única masculinidad, una única forma de funcionar del hombre no es real. Una pluralidad de masculinidades convive a la sombra de una masculinidad hegemónica. Otros autores, proponen una estructura jerárquica que se establece como una relación histórica entre las masculinidades. Sitúa a la masculinidad tradicional o hegemónica como la manifestación predominante que configura la subjetividad, la posición, la corporalidad, la unión y la homogeneización de la masculinidad, situando a las demás masculinidades sobre un papel periférico falto de legitimización social. Sin embargo, aunque el papel configurador de la masculinidad hegemónica nace con el discurso, será reproducido por las prácticas sociales, dificultando de este modo la capacidad de cambio y adaptando las formas de vivir y relacionarse al funcionamiento patriarcal.


La imagen representacional, es una imagen construida, sobre actitudes de hombres avasalladores, fuertes, objetivos, activos, agresivos, proveedores, que en muchos casos es nuestra propia imagen, la imagen funcional, imagen de lo que hay que hacer, será adjudicada desde la masculinidad hegemónica y que en muchos casos recaerá sobre unos individuos que no se plantearán nada nuevo, no podrán o no querrán plantearse, otras formas de ser hombre.


De este modo, un gran número de hombres viven en desacuerdo a las formas hegemónicas de masculinidad sin cuestionarse ni oponerse a sus formas de funcionar. Lo curioso de todo esto es que viven sobre una creencia de superioridad machista, ya que la masculinidad hegemónica parece no detentar el mayor número de adeptos en la sociedad, a dios gracia existen otras oportunidades y posibilidades de ser hombres hoy.


Hoy, es muy complejo “ser hombres de estos tiempos”, trae consigo un sin número de dolores, pesares y sobre exigencias más allá esta cultura hegemónica que nos recarga a los hombres, sobre roles, funciones y acciones caso omnipotentes.





MSc. en Género y Desarrollo

Ivan Salinas Melo

SOCIOLOGO

Artwork by Joel Chalen




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